Pajarraco tenebroso


De entre las celdas positrónicas más recónditas de mi cerebro, emerge un pajarraco... o un fantasma de, que en un momento de ocio pidió salir del útero de las ideas donde vivía calientito. El parto no fue doloroso, más bien fue una cesárea ya que no salió de un huevo. Y aunque la cicatriz se ve fea no importa, nunca volteo a verla. Ahora tendrá que crecer fuera del fuego que lo mantuvo vivo, ahora va más hacia la muerte que hacia la vida... precio justo por satisfacer su curiosidad.


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