El parque

Desde que caminé por ahí la primera vez, explorando el terreno, formando un mapa mental de la zona y aprendiéndome nombres de calles y locales, me pareció un lugar tranquilo. En ese momento las copas de los árboles hacían de cielo verde con estrellas fulgurantes y cometas negros con picos y plumas volaban de un lado a otro y caían, no de manera tan graciosa como los copos de pelusa que soltaban los árboles de barquillos para enanos. (Los enanos comen en barquillos pequeñas bolitas de madera que les llueven de los cielos, señaladas con una cruz como instrucción de el lado que habrá de ir arriba del barquillo)

Esa vez me senté en el cuadrante sureste, siempre me he sentido cómoda en el sureste, tal vez sea porque en mis años de escuela me despertaba muy temprano y gozaba viendo los amaneceres naranjas y dorados en las tierras altas de los gigantes y gracias a eso siempre recuerdo los puntos cardinales.

Un túnel que parecía un atajo me había llevado hasta ahí. Y mi reloj descompuesto señalaba que estaba en el lugar indicado. La fuente aún tenía agua y la brisa de líquido de dudosa potabilidad alcanzaba a rociar mis brazos aumentando el frío. Pasaba nada y todo al mismo tiempo: años, torbellinos, maremotos, fuegos fatuos y caminos recorridos.

Hoy pasé en auto frente a ese lugar pero con propósito distinto. Con una venda en los ojos, un pie en el vacío y con nadie que me diga: respira hondo, cuenta hasta tres, da un grito de poder y aviéntate!!!!. Pero sí con tres personas que me acompañan al pie de la peña y aunque se queden sentados escucho sus murmullos a lo lejos. Hoy no me da miedo aunque escuche los gritos de los que han caído heridos. Y seguiré "cuesta arriba" aunque termine en propiedad privada y haya un loco con una escopeta, aunque me espine las manos con las biznagas de entre las rocas cuando esté trepando, aunque haya barrancas... se que siempre coincidiré con alguien en el camino y justo como hace 6 años, caminaré en grupo por terrenos insospechados. Quizás nos rescaten o quien sabe, tal vez no sea necesario el rescate, porque la madrugada es corta y cuando sale el sol ya no me siento perdida.

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