Lejos de casa

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Un día abrí los ojos y estaba en casa.

Sopa caliente, limonero, besos en el cachete, pellizcos, risas, colas de gato que salen de por debajo del sillón, pasto, duraznos, tejocotes, higos, marometas, regaños, premios, fruta picada, nieve de limón, rodillas raspadas, bellotas, hojas de bugambilia, baños en tina, sol entrando por la ventana, unas manos que pasara lo que pasara decían no te preocupes.
Los tacones de mamá llegando y las pisadas de papá acercándose. Ruido de llaves chocando con la puerta y ese rechinido eterno al abrirla. Una cajita musical que me sorprendía con sus imanes y la bailarina deslizándose torpemente por el espejo que luego fue escondite para lo que comenzó a ser el cofre del tesoro.

Un día cerré los ojos deseando estar lejos de casa.

Hoy quiero llevar ladrillo por ladrillo y es fácil tener razones para estar lejos pero no hay razón que pueda contra las noches cuando dormida en la silla alguien prepare mi cama y me lleve a descansar, apague la luz y me desee dulces sueños.

No es miedo a estar sola.

Es miedo a estar sola.

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