La felicidad es como el calor
El calor duradero no está afuera, sino adentro.
Porque aunque haya días soleados, si te desvelaste o acabas de llorar mucho mucho, no hay cobija que te caliente. Pero si te pones a hacer sentadillas, brincas, bailas, corres o te carcajeas, entras porque entras en calor.
El calor que no se va con el sol viene de ti.
Así que o generas tu propio calor o te la pasarás temblando en los días nublados y en las noches, porque ni si quiera las cobijas lo dan, sólo conservan el que tú generste.
Moraleja: Cuando esté nublado, haz sentadillas.
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